En mayo de 2012 ocurrió un episodio de extrema crueldad que estremeció a México. En la colonia San Agustín Atlapulco, municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, un niño de 5 años fue víctima de un espantoso ritual satánico. Su propia madre, María del Carmen Ríos García, junto con otros familiares, le sacó los globos oculares durante una ceremonia oscura que buscaba “evitar el fin del mundo”.

¿Qué pasó realmente?

El ritual inició cuando los participantes pedían al menor que cerrara los ojos. Ante su negativa, acusando que era parte esencial del rito, la madre dio la orden: “¡Cierra los ojos, cierra los ojos!”. Cuando el niño dijo “¡No!”, la madre manipuló una cuchara para arrancarle los ojos.

La escena fue atestiguada por vecinos que escuchaban cantos en lenguas desconocidas, discursos que mezclaban “Jesús” y “Satanás”, mientras los sujetos que participaban en el ritual vestían ropas extrañas y parecían bajo la influencia de alguna sustancia.

El menor fue trasladado en helicóptero al Hospital Pediátrico de Legaria, en Ciudad de México, dada la gravedad de sus heridas. Le colocaron prótesis oculares que han debido cambiarse a medida que crece.

¿Qué consecuencias hubo?

El caso llevó a la detención de al menos ocho personas, entre ellos la propia madre y demás familiares. En 2014, un tribunal de Nezahualcóyotl condenó a seis de los involucrados por homicidio en grado de tentativa con agravante, fijando la sentencia en 30 años de prisión para cada uno.

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