En México, la deuda publica pasó de 2 billones en el 2000 a más de 17 billones en tiempos de la 4T. Del “tengo otros datos” al “no nos toca pagarla”, el problema creció sexenio tras sexenio.

Hoy, aunque se reniegue en Palacio Nacional, la realidad es clara: no son los políticos quienes cubren la cuenta, somos nosotros, nuestros hijos y las próximas generaciones quienes cargamos con el futuro hipotecado.

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Incomodidad en Palacio Nacional ante preguntas sobre recursos del gobierno