Poppy, cuyo nombre real es Moriah Rose Pereira, no es solo una artista, es una fuerza evolutiva que ha desafiado y reescrito las reglas de la música moderna. Tras años de construir una enigmática imagen de androide pop en YouTube, Poppy dio un giro radical y estratégico para coronarse como una de las figuras más importantes y atractivas del metalcore y el rock experimental de la última década.
Su capacidad para fusionar géneros ha sido la clave para conquistar corazones y atraer a una nueva audiencia al rock.
La carrera de Poppy ha sido una serie de transformaciones intencionales:
Orígenes Pop Satíricos (2014-2018): Poppy comenzó como una artista de pop experimental que satirizaba la cultura de Internet y la fama con una estética robótica y vídeos virales ("I Am Poppy"). Álbumes como Poppy.Computer reflejaron esta era.
El Salto al Metal (2020): El verdadero punto de inflexión fue el lanzamiento del álbum I Disagree (2020). Este disco marcó su inmersión total en el heavy metal y el metal industrial. La crítica celebró esta transición audaz, y la pista “Bloodmoney” le valió a Poppy una nominación al Grammy a la Mejor Interpretación de Metal, un hito histórico para una solista femenina.
Innovación Constante: Discos posteriores como Flux (2021) y Zig (2023), junto con su más reciente producción, Negative Spaces (2024), han consolidado su estilo. Poppy fusiona guitarras pesadas, riffs industriales y voces melódicas que demuestran que el metal no necesita ser monolítico.
¿Por qué Poppy conquista a la nueva generación?
El atractivo de Poppy reside en su versatilidad sin complejos y su habilidad para canalizar la intensidad emocional en un formato accesible y de vanguardia:
Fusión de Estilos: Su música a menudo se describe como una mezcla de metalcore, rock electrónico, nu metal y pop oscuro. Esta combinación atrae tanto a los fans del metal tradicional como a aquellos que buscan sonidos más alternativos y experimentales.
Estética y Mensaje: Al abandonar la rígida personalidad de androide, Moriah Rose Pereira ha permitido que su auténtico yo y sus letras sobre la fe, la identidad y la vulnerabilidad resuenen más profundamente. Su estética visual, siempre cambiante, la mantiene relevante y fascinante.
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