En el panteón del pop latino, Belinda ha sido durante décadas un sinónimo de glamour y éxito. Sin embargo, detrás de la imagen de la “Princesa del Pop” se esconde una faceta que ha fascinado a sus seguidores y ha roto estereotipos: un profundo y genuino amor por el anime.
Lejos de ser una moda pasajera, la cantante ha demostrado ser una verdadera “otaku”, con un conocimiento que va desde clásicos que marcaron una generación hasta complejos thrillers psicológicos. Su pasión es tan real que ha nombrado a su perrita en honor a un personaje de One Piece y ha confesado públicamente tener un ‘crush’ con un lobo de anime.
¿Cuáles son los animes favoritos de Belinda?
Las preferencias de Belinda dibujan el perfil de una espectadora con gustos complejos, que valora tanto la nostalgia como la oscuridad psicológica. Su catálogo de favoritos no es aleatorio y revela una conexión profunda con las narrativas japonesas.
Death Note: Su obsesión número uno
Belinda ha declarado enfáticamente que Death Note es su anime predilecto. Su fascinación se centra en Ryuk, el Shinigami (dios de la muerte), a quien describe como “tétrico” pero un personaje que “cae bien, lo quieres”.
Su amor por la serie es tal que ha permeado su arte:
- Homenaje en Netflix: Confirmó que una escena en la serie Bienvenidos a Edén, donde su personaje muerde una manzana, fue un homenaje directo a Ryuk.
- Música: Su sello discográfico lanzó un “visualizer” oficial para su canción titulada “DEATH NOTE”, cimentando la influencia del anime en su música.
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One Piece y los clásicos: Nami, su perrita
La base de su fandom se encuentra en series que definieron a una generación, como Sailor Moon, Pokémon y One Piece. Pero su conexión con la tripulación de Luffy va un paso más allá.
Quizás la prueba más íntima de su amor por la serie es haber llamado a su perra “Nami”, en honor a la navegante de los Piratas de Sombrero de Paja. Además, en el pasado, llegó a regalar pasteles de cumpleaños temáticos de One Piece y Death Note, demostrando que es una pasión que le gusta compartir.
Beastars: El ‘crush’ de Belinda con Legoshi
En una de sus confesiones más reveladoras, Belinda admitió haber tenido un “crush” con Legoshi, el lobo protagonista de Beastars. Lo más interesante es su justificación: admira el conflicto interno del personaje, que lucha contra sus instintos depredadores por amor.
“Me parece increíble, ese control que debe de tener. Por eso los veo y los vuelvo a ver”, confesó Belinda, demostrando que su interés no es superficial, sino que se centra en la complejidad psicológica de los personajes.
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¿Belinda es realmente “otaku”? Las pruebas de su fandom
La autenticidad de su afición no solo se mide por las series que ve, sino por cómo esta cultura ha influido en su vida diaria y profesional.
Del anime a su música y looks
La cantante ha sido clara: “Los anime me han inspirado mucho, hasta en mis looks”. En diversas ocasiones, los medios han señalado sus atuendos con similitudes a personajes icónicos como Sailor Moon. Esta influencia, sumada a las referencias directas en su música y actuación, demuestra que el anime es una fuente activa de inspiración creativa para ella.
Habla el idioma: “Onii-chan” y “UwU”
La prueba más contundente de su inmersión en la cultura otaku es su fluidez con la jerga de la comunidad. En una entrevista que se volvió viral, Belinda fue grabada usando términos como “Onii-chan” (hermano mayor) y el emoticón “UwU” (expresión de ternura), adoptando poses características del anime.
Estos no son términos que un aficionado casual conocería; son parte del código interno de la comunidad de fans. Al usarlos públicamente, Belinda no solo dice “me gusta el anime”, sino que comunica “soy parte de esta comunidad y entiendo sus códigos”.
El impacto de la “Princesa Otaku” en la cultura pop
La pasión de Belinda por el anime es auténtica y profunda, cumpliendo con la definición moderna y global de “otaku": una fan apasionada cuya afición forma parte de su identidad.
El hecho de que una figura mainstream de su calibre abrace abiertamente esta cultura tiene un poderoso efecto de normalización. Belinda actúa como un puente cultural, desmantelando prejuicios y demostrando que se puede ser una glamorosa estrella del pop y, al mismo tiempo, una apasionada fan del anime, rompiendo viejos estereotipos sobre cómo debe ser un “otaku”.
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