El asesinato de Terry Bowers, Jr., un niño de apenas 11 años, es uno de los crímenes más impactantes y perturbadores en la historia de Estados Unidos. Más de cinco décadas después, el caso sigue sin resolverse, dejando a su familia con un vacío doloroso y una interminable búsqueda de respuestas.

Un crimen que estremeció a la región

El 26 de abril de 1970, Terry Bowers, Jr., miembro del Boy Scouts Troop 275 de la iglesia Blessed Virgin Mary en Darby, fue encontrado brutalmente asesinado mientras acampaba con sus compañeros en los terrenos de la iglesia St. Basil the Great Catholic Church, en Kimberton, Chester County.

El niño fue apuñalado dentro de su saco de dormir. La escena, que debería haber sido uno de los lugares más seguros para un Boy Scout, se transformó en una pesadilla. El hallazgo causó conmoción en la comunidad y acaparó titulares en toda la región.

Cincuenta años de preguntas sin respuesta

A pesar de los esfuerzos policiales, el caso sigue sin resolverse:

  • No hay sospechosos identificados
  • Nunca se encontró el arma homicida
  • No hubo testigos directos
  • Nunca se estableció un motivo claro

El médico forense confirmó que Terry fue hallado desnudo de la cintura para abajo, aunque no hubo evidencia de agresión sexual. Sin embargo, los investigadores no han descartado la posibilidad de un intento fallido de abuso.

La voz de la familia

La tragedia dejó cicatrices profundas en la familia Bowers. Su hermana Maureen ha expresado públicamente la desesperación de no tener justicia después de más de 47 años: “Tiene que haber alguien ahí afuera que sepa algo; ¿cómo puede un crimen tan atroz seguir sin resolverse por tanto tiempo?”.

Su hermano John también ha compartido el peso de la incertidumbre: “Lo primero sería saber quién fue, y luego preguntarle: ¿por qué demonios lo hiciste?”.

Teorías y sospechas

El caso ha levantado especulaciones sobre posibles vínculos con los escándalos de abuso en la Iglesia Católica y en los Boy Scouts of America, aunque las autoridades nunca establecieron una conexión oficial.

Lorraine Placido, antigua vecina y ahora investigadora independiente del caso, sostiene que el asesinato no fue un ataque aleatorio: “Creo que fue alguien asociado con los Boy Scouts o con la iglesia”.

Esperanza en la tecnología

Actualmente, la policía estatal de Pensilvania mantiene abierta la investigación con la esperanza de que las nuevas pruebas de ADN permitan dar con un responsable.

“Tenemos la capacidad ahora de obtener pistas que nunca antes tuvimos,” señaló el agente Chadwick Roberts.

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Recompensa y llamado a la comunidad

Hoy en día existe una recompensa de 51,000 dólares para quien aporte información que conduzca al arresto y condena del responsable. Las autoridades instan a cualquier persona con información a comunicarse con Crime Stoppers o la Policía Estatal de Pensilvania.

Un misterio que clama justicia

Más de cinco décadas después, el asesinato de Terry Bowers sigue siendo un caso abierto. Su familia mantiene la esperanza de que algún día se haga justicia y puedan obtener la paz que les ha sido negada por más de medio siglo.

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