La serie “Nadie nos vio partir”, protagonizada por Tessa Ía y Emiliano Zurita, ha cautivado a la audiencia no solo por su dramatismo, sino porque está basada en una historia real de secuestro y venganza familiar. Inspirada en el libro homónimo de Tamara Trottner, la producción retrata el doloroso episodio que la propia autora vivió durante su infancia.
Ambientada en los años 60, la historia inicia cuando una madre regresa a casa y descubre que su esposo se ha llevado a sus hijos junto con sus pasaportes. Lo que parece un viaje familiar se convierte en una pesadilla: un plan de venganzadiseñado para castigarla por desafiar las normas de una familia poderosa.
Tamara e Isaac, los niños protagonistas, fueron arrancados de su madre y llevados a distintos países (Francia, Sudáfrica e Israel) con pasaportes falsos, mientras su padre inventaba mentiras para separarlos emocionalmente de ella. Durante años, su madre luchó incansablemente por encontrarlos, incluso cuando la ley no consideraba ilegal que un padre se llevara a sus hijos sin permiso.
El libro revela los abusos emocionales y el poder del silencio familiar en una época donde las apariencias lo eran todo. Lo que hace a Nadie nos vio partir tan impactante es que no es ficción, sino el testimonio de una hija que sobrevivió a la manipulación y al desarraigo.
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