Todo apunta a que al gobierno le molestaron las voces que se elevan en todo el país… Y una vez más, la Ciudad de México tuvo que afrontar el rostro autoritario de las autoridades, que en lugar de atender las exigencias de la gente, optaron por enviar a la fuerza pública para intentar silenciar un descontento que solo crece.

La mandataria minimiza un movimiento social auténtico y profundo