El Presupuesto de Egresos del Estado de Coahuila 2025 deja al descubierto un patrón preocupante: la ciencia y la tecnología no son prioridad. El Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECyT) tiene asignados apenas poco de más $14 millones, una cantidad simbólica dentro de un presupuesto estatal que supera los 69 mil millones de pesos.
En un mundo donde la innovación tecnológica es motor de desarrollo económico, social y educativo, Coahuila queda rezagado. La cifra contrasta con los montos destinados a otros rubros:
Deuda pública: $6,607,744,105.82.
Servicios personales (nómina): $23,729,377,524.40.
Es decir, la deuda recibe más de 460 veces lo que se invierte en ciencia y tecnología.
La pregunta al director del COECyT, Mario Prudencio Valdés Garza, es inevitable: ¿Cómo se impulsará la innovación con un presupuesto tan simbólico?
El discurso oficial presume preparar a la juventud para el futuro, pero la inversión real contradice esa narrativa. Con este presupuesto, Coahuila limita sus posibilidades de competir en una economía global que depende de la investigación, la digitalización y la innovación tecnológica.
El mensaje es claro: para el Gobierno estatal, el futuro científico pesa menos que la deuda. Y el reto queda en la cancha de Mario Prudencio Valdés Garza: explicar a la sociedad cómo hará ciencia con migajas.
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