Studio Ghibli y Toei demandarán a OpenAI por Sora 2

Un nuevo y significativo frente legal se abre en el debate sobre la inteligencia artificial (IA) y los derechos de autor. Los organismos que representan a los estudios japoneses Studio Ghibli y Toei Animation han anunciado que iniciarán acciones legales contra OpenAI y su modelo de IA generativa de video, Sora 2, por el uso no autorizado de su propiedad intelectual (PI).

Este movimiento representa uno de los desafíos más directos por parte de los creadores de anime de renombre mundial contra el entrenamiento de modelos de IA con contenido protegido por derechos de autor.

La demanda se centra en la acusación de que Sora 2, la avanzada IA capaz de generar videos realistas a partir de texto, fue entrenada utilizando una vasta cantidad de material visual que incluye obras icónicas de ambos estudios.

Studio Ghibli: Las obras de Ghibli, conocidas por su distintivo estilo artístico y animación detallada (Mi Vecino Totoro, El Viaje de Chihiro), son especialmente sensibles a la reproducción por IA.

Toei Animation: Toei, responsable de franquicias globales como Dragon Ball, One Piece y Sailor Moon, busca proteger su inmenso catálogo de la explotación sin licencia.

Los demandantes argumentan que, al entrenar a Sora 2 con estas animaciones protegidas sin obtener consentimiento ni ofrecer compensación, OpenAI ha violado derechos de autor y ha puesto en peligro la industria creativa japonesa.

La tecnología de Sora 2 permite crear videos con una calidad y fidelidad asombrosas que, según algunos observadores, ya muestran la capacidad de imitar estilos artísticos específicos. Esto intensifica la preocupación en el sector creativo, pues temen que el modelo pueda generar contenido que replique directamente la estética de Ghibli o los personajes de Toei, diluyendo el valor de la propiedad intelectual original.

Este caso legal no solo afectará a OpenAI, sino que sentará un precedente crucial a nivel internacional sobre:

• El “Fair Use” (Uso Justo) en el entrenamiento de IA.
  
• La compensación a los creadores cuyo trabajo alimenta a los modelos generativos.

La batalla legal en Japón será observada de cerca por otras industrias creativas que buscan proteger su contenido ante el rápido avance de la inteligencia artificial.