A mediados de la década de 1980, California vivió una pesadilla sin precedentes bajo el terror de un asesino serial que atacaba en la oscuridad: Richard Ramírez.
Apodado por la prensa como “El Acosador Nocturno” (The Night Stalker), Ramírez irrumpió en hogares de Los Ángeles y San Francisco, dejando un rastro de víctimas que abarcaba edades, géneros y clases sociales. Su modus operandi brutal, combinado con un notorio simbolismo satánico, lo convirtió en una de las figuras criminales más temidas de la historia moderna de Estados Unidos.
Su ola de crímenes, que se extendió por más de un año, puso a la población en un estado de paranoia constante, llevando a la gente a dormir con las ventanas y puertas de sus casas cerradas incluso en el calor del verano californiano.
¿Quién fue Richard Ramírez y cómo fue su infancia?
Richard Muñoz Ramírez (1960–2013) fue un asesino serial y violador estadounidense, nacido en El Paso, Texas. Su infancia estuvo marcada por la disfunción familiar y la violencia. Su primo, Miguel Ramírez, un veterano de Vietnam, abusó sexualmente de Richard y le mostró fotografías de guerra y tortura, eventos que se cree fueron factores determinantes en su desarrollo como criminal violento y en su posterior fascinación por el satanismo.
¿Cuál era el modus operandi de " El Acosador Nocturno”?
El modus operandi de Ramírez era aterrador por su aleatoriedad y brutalidad. A diferencia de otros asesinos seriales, no tenía un tipo de víctima fijo. Sus ataques se llevaban a cabo en la madrugada, y su método consistía en entrar por ventanas o puertas sin llave. Una vez dentro, procedía al robo, violación y asesinato de las víctimas, usando armas que encontraba en la escena (pistolas, cuchillos, martillos). A menudo, dejaba símbolos o mensajes satánicos escritos con lápiz labial o sangre en las paredes.
¿Cómo fue capturado Richard Ramírez?
Ramírez fue capturado en agosto de 1985 gracias a la vigilancia ciudadana. Después de su último intento de asesinato, su rostro había sido difundido masivamente por los medios. Mientras intentaba robar un coche en el este de Los Ángeles, un grupo de residentes lo reconoció. La multitud lo persiguió y lo detuvo con violencia hasta que llegó la policía. Su juicio en 1989 resultó en 13 condenas por asesinato, 5 por intento de asesinato, 11 por agresión sexual y 14 por robo.
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