El volcán Kīlauea de Hawái, uno de los más activos del planeta, ha entrado nuevamente en erupción, produciendo uno de los espectáculos más impresionantes de actividad reciente. El fenómeno se caracteriza por una poderosa explosión de lava en forma de ala, con fuentes incandescentes que se elevan a alturas extraordinarias.
El reciente episodio eruptivo del Kīlauea, ubicado en la isla de Hawái, ha generado columnas de lava que, según los reportes del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), han alcanzado más de 450 metros de altura, e incluso picos cercanos a los 500 metros en el cráter Halemaʻumaʻu.
Esta erupción forma parte de una serie de eventos intermitentes y persistentes que el volcán ha mantenido desde finales del año anterior, demostrando el dinamismo geológico del punto caliente hawaiano.
Las imágenes captadas muestran chorros de lava incandescente que iluminan intensamente el cielo nocturno, creando un impresionante contraste con el paisaje volcánico.
Aunque la erupción se ha mantenido confinada dentro de los límites del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, sin representar una amenaza inmediata para las comunidades cercanas o la infraestructura, las autoridades mantienen un monitoreo constante.
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El principal riesgo para la población es la intensa emisión de gases volcánicos, como el dióxido de azufre, que al reaccionar en la atmósfera forma la neblina nociva conocida como vog (smog volcánico).
La comunidad científica sigue investigando este fenómeno actual, que ya ha registrado fuentes de lava récord en episodios anteriores, para evaluar la posible evolución de la actividad.
Los científicos y las autoridades han actualizado el nivel de alerta volcánica y el Código de Color de Aviación, instando a residentes y visitantes a mantenerse informados sobre los posibles cambios en la dirección de los vientos y la calidad del aire.
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