La película V for Vendetta (2005), basada en la novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd, se convirtió en un himno global de la resistencia contra la tiranía. Su enigmático protagonista, V, cuyo rostro oculta tras la inconfundible máscara sonriente, define su misión de anarquía y libertad en torno a una fecha clave: el 5 de noviembre.

Pero esta fecha no es una invención de la ficción; es un pilar de la historia británica que dota a la obra de su profundo simbolismo.

El Origen Histórico: La conspiración de la pólvora (1605)

La frase que V repite con solemnidad: “Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre...”, conmemora un hecho real conocido como la Conspiración de la Pólvora (Gunpowder Plot), ocurrido en Inglaterra en 1605:

  • El Plan: Un grupo de católicos ingleses, descontentos con la persecución religiosa del rey protestante Jacobo I, urdieron un plan para detonar el Palacio de Westminster (sede del Parlamento) el 5 de noviembre, durante la Apertura del Estado, con el objetivo de asesinar al Rey y a gran parte de la aristocracia.
  • El Hombre: El conspirador encargado de vigilar y detonar los barriles de pólvora escondidos bajo el Parlamento fue Guy Fawkes. El complot fue descubierto la noche anterior al ataque.
  • La Celebración: En el Reino Unido, el fracaso del atentado se celebra desde entonces como el Día de Guy Fawkes o Noche de las Hogueras (Bonfire Night), donde se queman efigies de Fawkes y se lanzan fuegos artificiales.

La Resignificación de la máscara: de traidor a símbolo de rebelión

La genialidad de V for Vendetta radica en darle la vuelta a esta celebración monárquica:

En la novela y la película, V no celebra el fracaso del complot, sino que lo consuma. V se apropia del rostro del “traidor” Guy Fawkes y planea volar el Parlamento británico moderno, convirtiendo el 5 de noviembre en una fecha para la libertad y la anarquía, no para la lealtad al poder.

La máscara de Fawkes se transformó, gracias a la obra de Moore y Lloyd, en un símbolo universal de la resistencia contra la opresión, la vigilancia gubernamental y el fascismo, siendo adoptada por grupos de activismo como Anonymous.

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