La desaparición de Amy Lynn Bradley continúa siendo uno de los casos más impactantes y desconcertantes de finales del siglo XX. La joven estadounidense de 23 años desapareció el 24 de marzo de 1998 mientras viajaba con su familia a bordo del crucero Rhapsody of the Seas, de Royal Caribbean, durante un recorrido por el Mar Caribe.
Una noche normal que terminó en misterio
El último día en que fue vista, Amy disfrutaba de la vida nocturna del barco en compañía de su hermano Brad. Ambos fueron a la discoteca del crucero, donde Amy fue observada bailando y socializando con miembros de la banda que amenizaba el lugar. Esa fue la última vez que alguien la vio con certeza.
Cuando el crucero se acercaba a la isla de Curaçao, la familia se dio cuenta de que Amy ya no estaba en su camarote. Alarmados, solicitaron que la tripulación restringiera el desembarco de pasajeros para iniciar una búsqueda completa en el barco.
Sin embargo, según los testimonios, Royal Caribbean permitió que los pasajeros bajaran, lo que podría haber facilitado que una persona implicada abandonara el crucero sin ser detectada.
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Una búsqueda que dejó más preguntas que respuestas
La tripulación llevó a cabo una búsqueda limitada, solo en áreas públicas del barco, sin encontrar ningún rastro de la joven. Con el tiempo surgieron teorías que involucraron desde accidente, secuestro y trata de personas, hasta avistamientos en diferentes países del Caribe.
A más de 25 años de su desaparición, el paradero de Amy Lynn Bradley sigue siendo desconocido. Su caso continúa generando interés en periodistas, expertos en criminología y seguidores de misterios reales en todo el mundo.
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