Coahuila enfrenta una crisis de salud pública que el gobierno estatal ha sido incapaz de contener. De acuerdo con el Boletín de Vigilancia Epidemiológica, semana 33 de 2025, la entidad ocupa el primer lugar nacional en muertes por lesión autoinfligida intencionalmente por ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, con 57 casos acumulados: 32 en hombres y 25 en mujeres.
La cifra es alarmante si se compara con el mismo periodo de 2024, cuando se registraron 29 casos en total. En apenas un año, el número de víctimas prácticamente se duplicó, lo que coloca a Coahuila como el estado con mayor gravedad en esta problemática.
El fenómeno no solo refleja un aumento sostenido en los índices de suicidio, sino también la falta de políticas efectivas de prevención, atención psicológica y acompañamiento en salud mental. La responsabilidad directa recae en el gobierno de Manolo Jiménez Salinas y en la Secretaría de Salud de Coahuila, encabezada por Eliud Felipe Aguirre Vázquez, quienes no han implementado estrategias suficientes para frenar esta emergencia.
La ausencia de campañas permanentes y de una red de atención psicológica oportuna deja a la población vulnerable, especialmente a jóvenes y adultos en edad productiva.
Que Coahuila encabece esta estadística nacional en 2025 debería encender todas las alertas del gobierno estatal, ya que se trata de un problema silencioso que crece sin respuesta clara y con costos sociales devastadores.
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Desaparecen tres mujeres en Coahuila