La presencia de Lionel Messi, una de las figuras deportivas más grandes del mundo, puede desencadenar una euforia incontrolable, tal como se demostró en su reciente visita a un estadio en Calcuta, India.
Lo que estaba planeado como un evento promocional o de aparición pública se convirtió rápidamente en un escenario de caos y desorden, obligando a una intervención de seguridad. Los disturbios se produjeron cuando miles de aficionados intentaron acercarse al futbolista, superando las barreras de contención y desbordando las medidas de seguridad previamente establecidas.
¿Cómo se desarrollaron los disturbios en el estadio y qué falló en la seguridad?
Los disturbios se originaron cuando la euforia masiva de la multitud superó la capacidad de las barreras de seguridad y del personal en el estadio. Los aficionados, desesperados por ver o acercarse a Messi, rompieron los cordones de seguridad y se abalanzaron hacia la zona del campo o donde se encontraba el futbolista.
La situación requirió la intervención de las fuerzas del orden para contener a la multitud y garantizar la seguridad del jugador y el resto de asistentes, poniendo en evidencia una mala gestión de masas y un subestimado nivel de entusiasmo del público.
¿Qué consecuencias tiene un incidente de seguridad como este para futuras visitas de figuras internacionales?
Los disturbios generados por la visita de una figura de alto perfil como Messi tienen consecuencias directas en la planificación de futuros eventos internacionales en la región. Un incidente de seguridad obliga a las autoridades y organizadores locales a revisar y endurecer drásticamente los protocolos de seguridad. Esto puede resultar en una mayor presencia policial, barreras más robustas, y potencialmente, en la reticencia de otras celebridades a visitar lugares donde el riesgo de desorden es alto.
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