El nombramiento de Catalina García Quintero como la nueva Delegada del Bienestar en Durango por parte de Morena ha encendido la molestia entre la ciudadanía, que califica su llegada como un claro ejemplo de “chapulineo político”. Los duranguenses recuerdan su trayectoria, que incluye un puesto durante una administración estatal priista y simpatías con un exgobernador panista, por lo que ven su actual afiliación guinda como una movida por conveniencia personal y no por convicción.

Ciudadanos entrevistados expresaron su hartazgo, señalando que al final “es lo mismo con un diferente color” y exigiendo a los partidos que dejen de acoger a personajes que “brincan” de un lado a otro buscando únicamente un beneficio propio, una práctica que, aseguran, ya no es bien vista por la sociedad.

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