Durante la presentación del Plan de Desarrollo Municipal 2025–2028, la alcaldesa de Gómez Palacio, Betzabé Martínez Arango delineó la estrategia que regirá su administración, basándose en una retórica emotiva que denomina "los cuatro latidos". Según la información difundida en el boletín oficial de la propia presidencia, la edil aseguró que su gestión marcará una diferencia sustancial respecto al pasado, prometiendo erradicar la improvisación gubernamental.
Ante un auditorio compuesto por diversos sectores de la comunidad gomezpalatina, Martínez Arango sostuvo que la ciudadanía exige resultados inmediatos y un gobierno "valiente", estableciendo cuatro ejes prioritarios que, en el papel, buscan atender los rezagos del municipio.
Los ejes del discurso: entre la autocrítica y la promesa
La presidenta municipal desglosó su plan de trabajo en cuatro áreas, enfatizando una postura de ruptura con viejas prácticas administrativas:
- Combate frontal a la corrupción: Martínez advirtió que la transparencia dejará de ser discurso para convertirse en norma. En un tono de advertencia hacia su propio equipo, afirmó que "no habrá espacio para quien le falle a la gente", desestimando la protección basada en cargos o apellidos.
- Servicios públicos: La alcaldesa lanzó una crítica velada a la gestión de la infraestructura urbana, señalando que el respeto a la ciudadanía implica operar "sin parches, sin ocurrencias y sin simulaciones", comprometiéndose a una planeación seria que evite soluciones temporales.
- Crecimiento económico: Al referirse al desarrollo industrial, Martínez Arango se autodefinió como el elemento catalizador que requería la región. Aseguró que Gómez Palacio ya contaba con todo lo necesario, salvo "una pieza: un gobierno que abra puertas", adjudicándose ese rol facilitador.
Cercanía social: Definida por la munícipe no como una estrategia política, sino como un "deber moral".
Reconocimiento de un escenario complejo

Aunque el discurso se centró en asegurar que el gobierno tiene "rumbo y carácter", Martínez Arango cerró su intervención matizando las expectativas. La alcaldesa admitió que el panorama para los próximos años "no será sencillo", aunque reiteró la promesa de que la administración será distinta y transformará el destino del municipio bajo la premisa de que "el corazón de su gente late más fuerte que nunca".
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