Lo que comenzó como un día de sol y risas en una paradisíaca playa de Santa Marta, Colombia, se transformó en una escena de horror. Un pequeño de apenas dos años perdió la vida de la manera más impensada, dejando a su familia y a toda una comunidad sumida en el dolor y la incredulidad.
Un paseo familiar que prometía ser un recuerdo inolvidable en Playa Grande, sector de Taganga, en Santa Marta, se convirtió en la peor pesadilla para una familia originaria del departamento del Quindío. Este fin de semana, la alegría se extinguió en un parpadeo cuando su hijo, un niño de tan solo dos años, se atragantó con una golosina que parecía inofensiva: una gomita en forma de osito.
¿Cómo ocurrió la tragedia del niño y la gomita?
Según el relato de las autoridades locales, la tragedia se desató en segundos. Mientras el pequeño compartía con sus padres en la arena, ingirió el dulce y casi de inmediato comenzó a mostrar signos de asfixia. La alegría se transformó en pánico. En un acto desesperado, familiares y prestadores de servicios turísticos que se encontraban en el lugar intentaron auxiliarlo, luchando por liberarle las vías respiratorias. Sin embargo, la situación se agravó con una rapidez devastadora.
Lucha desesperada por salvarlo: el traslado a emergencias
Ante la emergencia, el menor fue subido a una lancha y trasladado a toda velocidad hasta el centro de salud de Taganga. Allí, un equipo médico de turno lo esperaba para iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar. Los esfuerzos fueron heroicos, pero insuficientes. “El bebé alcanzó a vomitar en dos oportunidades y de inmediato fue llevado al centro asistencial, pero falleció poco después”, confirmó una fuente policial a medios locales, sellando el trágico desenlace.
La advertencia de las autoridades tras la muerte del menor
Las escenas de dolor a las afueras del centro médico eran desgarradoras. Familiares y allegados, rotos por la impotencia, no lograban asimilar la repentina pérdida. Aunque una valoración inicial descartó cualquier tipo de negligencia por parte de los padres, este lamentable suceso ha encendido las alarmas. Las autoridades hicieron un llamado urgente a todos los padres y cuidadores a extremar la supervisión de los menores de corta edad al momento de consumir alimentos que representan un alto riesgo de atragantamiento, como dulces, frutos secos y golosinas de difícil masticación. La recomendación oficial es clara y contundente: evitar dar este tipo de dulces a niños menores de cinco años.
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