En un acto de violencia extrema que ha conmocionado a la opinión pública, una mujer fue víctima de un ataque con ácido perpetrado por su expareja, luego de una escena de celos. El agresor utilizó una sustancia corrosiva para desfigurar el rostro y cuerpo de la víctima, quien en sus declaraciones describió el dolor físico inmediato como una sensación insoportable donde sentía que se le desprendían los pedazos de carne en el momento del impacto.
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¿Qué pasó con la víctima del ataque con ácido?
La sobreviviente relató que el ataque ocurrió de manera premeditada cuando el sujeto la abordó para exigirle una nueva oportunidad amorosa; ante la respuesta negativa, él procedió a arrojarle el químico destructivo. Actualmente, la mujer enfrenta un largo proceso de recuperación médica y psicológica, pues las secuelas del ácido no solo han dejado marcas permanentes en su piel, sino que han transformado por completo su vida cotidiana. Las autoridades ya investigan el caso bajo el protocolo de intento de feminicidio, mientras que colectivos de derechos humanos exigen justicia expedita para evitar que este crimen quede en la impunidad.
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Prevención y justicia ante la violencia de géneroEste caso pone nuevamente sobre la mesa la urgencia de endurecer las penas contra quienes utilizan sustancias químicas como arma de control y castigo hacia las mujeres. Es fundamental que las víctimas de acoso o amenazas por parte de excompañeros sentimentales busquen apoyo en instituciones de protección a la mujer antes de que la violencia escale a niveles físicos irreparables. La denuncia temprana y el acompañamiento legal son herramientas clave para detener a agresores que, como en este suceso, confunden el sentimiento de posesión con el afecto, derivando en tragedias que marcan a familias enteras.
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