Nigeria enfrenta una nueva ola de violencia contra comunidades cristianas luego de que un grupo armado irrumpiera en una escuela católica y secuestrara a decenas de estudiantes en el centro del país.
Aunque las autoridades locales reconocen que aún no se tiene el número exacto de víctimas, la cadena Arise TV informó que al menos 52 alumnos habrían sido raptados.
El ataque se registró en la escuela St. Mary, ubicada en la zona de Agwara, en el estado de Níger. Abubakar Usman, secretario del gobierno estatal, confirmó que “las agencias de seguridad continúan evaluando la situación”, mientras se intenta precisar la cifra total de estudiantes secuestrados.
Un nuevo ataque en una semana de violencia
Este secuestro se convierte en el segundo ataque en menos de una semana contra la minoría cristiana en el país más poblado de África. Días antes, hombres armados secuestraron a 25 estudiantes de secundaria en el estado de Kebbi, de las cuales una logró escapar, y posteriormente dos personas fueron asesinadas dentro de una iglesia en el oeste de Nigeria, durante una misa transmitida en vivo. Se cree que varios feligreses también fueron secuestrados en ese ataque.
De acuerdo con la Policía del estado de Níger, “bandidos armados” irrumpieron en la escuela secundaria St. Mary, una institución privada de orientación católica, y secuestraron a un grupo aún no determinado de alumnos residentes.
Tras la agresión, las autoridades desplegaron un operativo de búsqueda, con unidades técnicas, policías y soldados, para tratar de localizar a los responsables y rescatar a los menores.
Tensión diplomática con Estados Unidos
La reciente ola de violencia ha generado fricciones diplomáticas entre Nigeria y Estados Unidos. A principios de mes, el presidente estadounidense Donald Trump acusó al gobierno nigeriano de ignorar los ataques contra cristianos y ordenó al Departamento de Defensa analizar posibles respuestas.
Incluso advirtió sobre una eventual intervención militar, afirmando que existe una “campaña de asesinatos” atribuida a grupos yihadistas, señalamiento rechazado de forma tajante por el gobierno nigeriano.
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