Lo que comenzó como una campaña de ensueño para los Tampa Bay Buccaneers se ha transformado en una pesadilla logística y deportiva. Tras un arranque explosivo con un récord de 5 victorias y 1 derrota, el equipo ha entrado en una espiral negativa que alcanzó su punto crítico este jueves con la dolorosa caída 28-29 ante los Atlanta Falcons. Esta derrota no solo los deja con una marca de 7-7, sino que ha encendido todas las alarmas en la gerencia y la afición, quienes ven cómo se escapa el control de la división NFC Sur que parecían tener asegurada hace apenas un mes.
De la solidez al caos defensivo
El principal culpable del declive ha sido el colapso absoluto de la unidad defensiva. Durante la racha de derrotas reciente, que incluye caídas humillantes ante los Bills (44 puntos en contra) y los Rams (34 puntos), la defensa de Todd Bowles ha sido incapaz de generar presión al mariscal rival o detener jugadas grandes. La incapacidad para cerrar partidos, evidenciada en la última serie ofensiva de los Falcons, demuestra una fragilidad mental y táctica que no estaba presente al inicio de la temporada.
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Todd Bowles bajo la lupa y rumores de despido
La paciencia en la bahía parece haberse agotado. Los cánticos de “Fire Bowles” (Despidan a Bowles) se han hecho audibles en el Raymond James Stadium, y los reportes indican que el entrenador en jefe está oficialmente en la “silla caliente”. La gerencia, que esperaba una consolidación del proyecto, ve con preocupación cómo el equipo ha perdido 6 de sus últimos 8 encuentros. La falta de disciplina y las decisiones cuestionables en momentos clave del reloj han puesto su continuidad en duda incluso antes de que termine el calendario regular.
Lesiones y la inconsistencia de Baker Mayfield
Si bien las lesiones han jugado un rol, con figuras como Mike Evans perdiéndose tiempo por una fractura de clavícula y la línea ofensiva sufriendo bajas, la ofensiva también ha perdido brillo. Baker Mayfield, quien inició el año con números de MVP, ha visto caer su producción, lanzando intercepciones costosas y mostrando dificultades para conectar en la zona roja. La dependencia excesiva del juego aéreo y un ataque terrestre que desaparece por tramos han vuelto al equipo predecible para las defensas rivales.
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El difícil camino hacia los playoffs
A pesar del colapso, la mediocridad de la NFC Sur mantiene a Tampa Bay con vida matemática, pero el margen de error es inexistente. Con partidos restantes ante rivales divisionales como los Carolina Panthers y Miami Dolphins, los Bucs están obligados a ganar para evitar una eliminación vergonzosa. Sin embargo, la tendencia actual sugiere que, a menos que haya un cambio drástico en la actitud y ejecución, los Buccaneers podrían pasar de ser contendientes al título a ver la postemporada desde casa.
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